Derecho a una vivienda digna

Derecho a una vivienda digna

Historia

Alba (nombre ficticio) se vio obligada a dejar su país en 2018, sola con sus dos hijas, huyendo de las amenazas y extorsiones que sufría por parte del padre de una de ellas.

Su recorrido hasta alcanzar una situación personal estable en España no ha sido un camino de rosas. Aquí la esperaban su madre, sus hermanos y sus primas, quienes han sido un gran apoyo para ella y sus hijas, ya que les proporcionaron un lugar donde vivir. Tras unos meses en la casa de su familia, Alba se vio en la necesidad de buscar un alojamiento propio, pero sus escasos recursos económicos solo le permitieron alquilar un cobertizo en muy malas condiciones: sin apenas luz ni agua, sin calefacción y sin una cama adecuada (solo contaban con un colchón en el suelo).

El empleo, la solución a sus problemas

Alba llegó a trabajar hasta en tres empleos diferentes a la vez, realizando tareas de limpieza en un domicilio particular, cuidando a una persona mayor dependiente y como camarera, que le permitieron mejorar sus condiciones personales.

Sin embargo, la vida que había dejado en su país todavía le atormentaba. Por eso, tras un tiempo viviendo en España y gracias al asesoramiento de personas allegadas, decidió solicitar el derecho de asilo. Un procedimiento que le condujo hasta una de las fundaciones que colabora con Clece, en donde pudo desarrollar su itinerario de inclusión laboral en tareas de limpieza.

Poco a poco, Alba fue encarrilando su vida, consiguiendo un trabajo digno y una vivienda habitable para ella y sus dos hijas. Sin embargo, cuando ya parecía que las situaciones adversas habían terminado, le comunicaron que debía abandonar su domicilio, en el que era necesario realizar obras para mejorar sus instalaciones.

La búsqueda de un nuevo hogar se vio, de nuevo, condicionada por los altos precios y los limitados recursos económicos de Alba. El domicilio que finalmente encontró, y en el que reside actualmente, carecía de algunos muebles necesarios para la comodidad y bienestar de la familia, sobre todo, de las menores. Cuando en Corazón y Manos fuimos conocedores de su situación, decidimos ayudar a Alba en el acondicionamiento de su piso nuevo: nos hicimos cargo de la compra del mobiliario y de su traslado. Para el transporte de los muebles a su domicilio, Corazón y Manos contó con las furgonetas puestas a su disposición por varios trabajadores de Serveis Integrals Lafuente, filial de Clece que gestiona servicios de limpieza.

Este es un ejemplo más de cómo, desde Corazón y Manos, ayudamos a las personas que más lo necesitan.